El alquiler de una vivienda o local no debería ser fuente de problemas, más al contrario, debería suponer una solución sencilla, rápida y a un coste asumible para el inquilino, así como una fuente de ingresos estupenda para el arrendador. Las ventajas de alquilar son evidentes para ambas partes, el inquilino no se endeuda y el arrendador obtiene una rentabilidad segura, hoy por hoy, casi imposible de superar.
El alquiler fomenta la movilidad funcional y geográfica lo que favorece la conciliación familiar y la inserción laboral. Consigue que el endeudamiento a largo plazo del inquilino no aumente y todo ello con una mínima carga fiscal y administrativa. En España, no obstante, la penetración del mercado de alquiler sigue estando, a pesar de haber crecido en los últimos diez años, bastante por debajo de lo deseable. La oferta y la demanda de alquiler sufren un gran desencuentro, ya que no se han planificado adecuadamente políticas públicas que compensen la llegada y concentración de habitantes en las principales ciudades y, dentro de ellas, en los centros productivos.
Por otro lado, la vieja leyenda de que alquilar es tirar el dinero (algo cuando menos obsoleto, ya que se basaba en la época de la burbuja) o de que si alquilas todo son problemas, te destrozan la casa y no te pagan, hace que una parte del parque de viviendas no principales se encuentre desocupada.
Sabemos por experiencia que la gran mayoría de los problemas que se suscitan en un alquiler ocurren por alguna de las siguientes razones:
- No seleccionamos al inquilino de forma objetiva, si no que aplicamos criterios de amistad.
- Utilizamos contratos obsoletos, simplificados o incompletos.
- No gestionamos bien la relación con el inquilino ante incidencias.
- Como inquilinos consideramos que es el propietario quien debe asumir cualquier reparación.
- No queremos asumir el riesgo del normal deterioro de los inmuebles.
- La posibilidad de un retraso o impago de la renta hace que vivamos en tensión o con miedo.
Frente a todas estas situaciones de riesgo, el equipo de Milenium Inmobiliaria de Madrid, con experiencia en la gestión de más de 600 alquileres en Madrid desde 2004, ha desarrollado el servicio AlquilaBien. Con AlquilaBien, tanto inquilinos como propietarios, duermen tranquilos puesto que la gestión y administración del alquiler se delega en profesionales que, desde el primer momento, fomentan el buen desarrollo del arrendamiento, ocupándose de:
- La correcta selección del inquilino.
- La formalización con garantías.
- La interlocución directa con las partes en todo momento.
- La gestión y solución de incidencias que ocurran en el inmueble arrendado.
- La garantía del cobro puntual de la renta de alquiler.
Alquilar bien o alquilar mal no depende del azar o la buena suerte. Alquilar es hoy una opción fantástica tanto para inquilinos como para propietarios, rentable y eficaz, cuyo buen desarrollo está muy ligado a la toma correcta de decisiones desde un primer momento y con nuestro servicio AlquilaBien las tienes aseguradas.
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